Comienzos
En el año 1940 Don Silvestre Hinojosa compra la bodega de la familia Dumit, y así comienza la historia de una de las bodegas familiares con más trayectoria vitivinícola en el Valle de Uco.
Pasión
Una frase que perdura en tiempo y pasa de generación en generación “Y decían que a un loco se le ocurría plantar en ese pedregal” Pero Don Silvestre sabio en sus visiones sabia el gran futuro que habría de llegar a la familia Hinojosa. Con sus secretos otorgaba ingredientes distintivos en cada vino, la alquimia se manifestaba en el color, aroma y sabor, secretos que marcaron el inicio de una trayectoria familiar.
Familia
Cada viña de nuestras fincas guarda recuerdos imborrables, Don Silvestre no solo era visionario, era un ser que transmitía los valores de la familia y la unión, una persona respectada por ello. Como era costumbre, cada domingo se realizaba un asado con la familia y los obreros de todas las fincas. Incluso en los cumpleaños de Don Silvestre el cariño era notable, tonadas y el buen vino se hacían presentes.
Don Silvestre
No solo era visionario, era un ser que transmitía los valores de la familia y la unión.
Historia
Con el paso del tiempo, Don Silvestre comenzaría a dejar en manos de José Hinojosa y Ramón Hinojosa, sus hijos, la conducción de la empresa. El trabajo preciso de José en los vinos y la dedicación de Ramón en las fincas, permitieron a la bodega producir 8 millones de litros de vino anuales.
Resultados
Ya no solo era la visión y el trabajo que Don Silvestre había cosechado, ahora era la suma de sus esfuerzos y la labor de sus dos hijos, su legado. La bodega sigue creciendo cosecha tras cosecha, generación tras generación. En la actualidad el enólogo y contador de la bodega son los nietos de Don Silvestre.